Buenas tardes,
Al igual que mis compañeras, considero que para abordar de manera intersectorial a una víctima de TES, se deberían poner en marcha varios dispositivos y un equipo multidisciplinar, de manera que se pueda personalizar no sólo la atención a la persona, si no poder considerar su entorno familiar, cultural, económico, etc...
Actualmente la intersectorialidad ha avanzando desde el binomio inicial género/raza, para incluir otras opresiones, al menos de manera teórica; pienso que la mayor dificultad reside en que tanto el sistema de protección y atención, como la propia estructura, se basan en un orden patriarcal, por lo que es muy difícil la comunicación entre los diferentes sectores que deberían estar involucrados (fuerzas del orden, sistema sanitario, educativo, judicial, etc..) esto conlleva que, aún en el caso de tener profesionales formadas (que todavía hay muy pocas y están aisladas cuando no ninguneadas) los protocolos impiden la conversación y articulación entre ellas.
Capítulo aparte merecería la gran descompensación entre las iniciativas y avances sociales y políticos entre los países de captación, y las pocas y flojas iniciativas en los países receptores/consumidores.
Añadir por último, y como ya se ha comentado en los anteriores debates, el hecho de que la trata sea un gran negocio en manos de grupos de poder, hace que no haya una voluntad real de abordar el problema integralmente, por lo que siguen siendo las mujeres profesionales dentro del sistema, y las organizadas desde fuera, la que hacen el mayor y mejor trabajo en este aspecto, tanto en atención, como en incidencia.